Como os contábamos en esa entrada Xihe dio a luz a diez soles que se turnaban para alumbrar la tierra. Sin embargo un día se aburrieron de esta rutina y decidieron subir al cielo a jugar todos juntos.
El sol en Shanghai por Stuck in Customs |
Mientras estaban jugando al pilla-pilla, la tierra se empezó a abrasar. El calor que desprendían todos los soles a la vez era demasiado potente, por lo que los bosques empezaron a arder, los mares empezaron a hervir y la vida en la tierra empezó a ser insostenible.
Cuando Di Jun y Xihe se dieron cuenta de la desobediencia de sus hijos y de las catastróficas consecuencias de la misma se enfadaron muchísimo. Una y otra vez les mandaron volver, pero los diez soles hicieron oídos sordos, estaban muy cansados de tener que estar siempre atrapados en la misma rutina.
Flickr: Ash-rly |
Fue entonces cuando Di Jun decidió mandar al dios Hou Yi, su arquero, a dar una lección a sus hijos.
Hou Yi cogió su arco y empezó a disparar a los soles, intentando llamar su atención y que volvieran a su lugar de descanso, el Valle del Cielo. Sin embargo sus flechas hicieron algo más que darles una lección. Uno a uno los soles fueron cayendo y muriendo uno tras otro, hasta sólo quedar uno.
Cuando Di Jun vio lo sucedido, entristeció sobremanera. Como castigo a Hou Yi, Di Jun lo despojó de su inmortalidad y lo desterró del cielo para siempre.
Y ese es el porque hoy en día sólo tenemos un Sol.
一会儿见!
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